«Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la Gloria de Jehová ha nacido sobre tí. Porque he aquí que tinieblas cubriran la tierra y oscuridad las naciones; más sobre tí amanecerá Jehová, y sobre tí será vista su Gloria»
Isaías 60:1-2).
Hermano, hermana, quizás tú tengas argumentos y justificativos ante el Señor por tu situación, pero no lograrás convencerlo para que te deje caído.
Y luego que le cuentes los motivos por los que no puedes orar ni congregarte, El te dirá: «Levántate y resplandece!».
Tú no puedes estar caído porque hay quienes dependen de tí; hay responsabilidades familiares que te reclaman y a las que no puedes ser indiferente.
Eres la columna de tu familia, y si aflojas se desmorona todo. Tú no puedes bajar los brazos ni estancarte porque le cortas la bendición a mucha gente.
El mundo tiene que ver cómo resplandeces; tus hijos tienen que ser iluminados por tu resplandor.
Hay personas a las que sólo tu santidad puede iluminar. Hay vecinos, compañeros de trabajo y cristianos descarriados que tienen que ser alumbrados por medio de ti.
Aprende a ver las cosas como Dios las ve. No te quedes en un espíritu de temor, estancamiento y fracaso.
Ha llegado el tiempo de tu luz. Hay una bendición que tienes que arrebatar. Ponte en las manos de Dios, levántate en este día y resplandece.
Da el primer paso, resplandece; y las cosas que están retenidas llegarán hasta tí, el cielo se abrirá y recibirás respuesta a tu oración.
ORACION
Perdóname, Padre, porque el temor y el dolor que sufro me han hecho perder de vista tus propósitos. Llena de tu luz mi corazón que pueda ver el propósito que tienes en mi vida y en tu obra. Por Jesús. Amén, Amén.
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